Unas Simples Canicas

Esta semana en La Canasta de Amistad, tuvimos la maravillosa oportunidad de presenciar un momento conmovedor que nos recordó la importancia de las pequeñas cosas. Al compartir unas simples canicas con los niños del Cerro Corona, nos dimos cuenta de cuánta alegría pueden brindar y cómo pueden convertirse en un símbolo de esperanza en medio de su realidad desafiante.

En un entorno donde escasean las áreas verdes y los espacios de juego, donde solo se ven rocas por doquier en lugar de juegos o columpios, estos niños nos mostraron una lección invaluable. A pesar de las limitaciones y las carencias materiales, su imaginación y su deseo de aprovechar cada día están siempre presentes. Las canicas se convirtieron en una puerta hacia la diversión, en una oportunidad para escapar, aunque sea por un breve instante, de las dificultades que afrontan en el Cerro Corona.

Contemplar la alegría radiante en los rostros de los niños al lanzar y rodar las canicas nos llevó a reflexionar sobre nuestra propia vida y privilegios. Nos dimos cuenta de cuántas veces damos por sentado lo que tenemos: parques cercanos, centros recreativos y una plétora de opciones de entretenimiento. Sin embargo, estos niños nos demostraron que la felicidad no reside en la abundancia de bienes materiales, sino en la capacidad de disfrutar con un corazón agradecido lo poco o mucho que se tenga.

Su humildad y gratitud nos impactaron profundamente. A pesar de las dificultades cotidianas, siempre encuentran motivos para sonreír y apreciar las pequeñas bendiciones que se presentan en sus vidas. Sus risas sinceras y su espíritu resiliente nos invitan a mirar más allá de nuestras propias preocupaciones y a apreciar la belleza que reside en las cosas más simples.

Estos niños del Cerro Corona nos enseñan una lección de vida poderosa. Nos muestran que, en lugar de lamentarnos por lo que nos falta, debemos aprender a valorar lo que tenemos y a encontrar alegría en los momentos más simples. Son maestros de la imaginación, la resiliencia y la gratitud, y nos inspiran a mirar el mundo con ojos renovados.

En La Canasta de Amistad, nos sentimos privilegiados por haber sido testigos de esta experiencia enriquecedora. Nos comprometemos a seguir apoyando a estos niños y a sus familias, a proporcionarles oportunidades para el juego y la educación, y a recordar siempre la importancia de valorar y disfrutar cada momento, pues en las pequeñas cosas es donde reside la verdadera esencia de la felicidad.